No entiendo como no amar el transporte público (7)



Pasear en transporte urbano por la ciudad es algo que muchos sienten rutinario, inexistente, incomodo, odioso y hasta me atrevería a pensar que muchos no registran ese momento tan cotidiano de sus vidas.

Como ya escribí muchas veces, para mí el transporte público es una experiencia genial  y llena de sorpresas. Subirse al colectivo sin saber quiénes están arriba, descubrir alguna cara conocida, escuchar una conversación ajena, espiar la actitud de las personas y cada tanto, algún personaje, me resultan pequeños regalos esparcidos en la rutina.

En esta oportunidad les comparto estas fotitos que robe de uno de mis compañeros de viaje.


Montones de preguntas se me ocurren para hacerme sobre él y su vida... No sé que estaba haciendo en ese trecho de mi recorrido semanal en el que nunca nos cruzamos.

Absolutamente prolijo, con su traje pintado a mano, sombrero de ala y pañuelo al cuello. Un homenaje fuera de fecha al día de la tradición, pero mutando el caballo que uno le imagina por el bus que nos contiene a todos.



No entiendo como no amar el transporte público, cuando lo urbano y lo rural pasean en colectivo.


No entiendo el culto a los penes en Tailandia



Así como suena, sin eufemismos ni metáforas, cuando los pobladores de esta remota porción del mundo decidieron agradecer los favores del espíritu femenino que habita la cueva Phra Nang, les pareció que llevarle penes era una buena opción.




La Playa Phra Nang es un paraíso turístico protagonizado por una cueva que permite que sus estalagmitas y estalactitas sean acariciadas por el mar turquesa. Cantidades de locales y extranjeros llegan a sus aguas en visitas relámpago de esas que los tours ofrecen para conocer varias islitas y seguir viaje hasta la siguiente casi sin pestañear. 

Sin embargo en este hito del recorrido hay algo muy particular, en una cueva del sur de Tailandia existe un enorme santuario con penes tallados en todos los tamaños.  La cueva está repleta de esculturas fálicas que según explican tienen un ancestral significado de culto. De madera y de piedra, pequeñitos y gigantescos, con detalles de pintura y lacitos atados alrededor, sobre el altar, sobre la arena, entre las formaciones rocosas de la cueva; penes.




Las leyendas hablan del poderoso espíritu de la cueva, y las versiones difieren en la finalidad de estas ofrendas. Desde relatos de pescadores que le atribuyen a la princesa moradora de la cueva la gracia de volver  sanos del mar o la abundancia en la pesca, hasta mujeres que le imploran fertilidad durante la luna llena, o viudos que ofrendan estos amuletos para evitar apariciones de sus difuntas esposas.


No entiendo el culto  a los penes en Tailandia, es una de esas cosas bizarras que tiene Asia.


No entiendo al paso (1)



No entiendo como esta moto no reparte pedidos


No entiendo al paso... pequeñas cositas cotidianas,

No entiendo el mes de abril



Viene de aprilis, derivado del verbo aprire: "abrir, apertura". Es sinónimo de "frescura, vigor, lozanía, juventud" La etimología popular lo relaciona con Aperio: "abrir", porque la primavera se abre. También se toma como un préstamo griego, de cuya raíz deriva Afrodita. Significa la apertura, la amplitud, la luz que proviene del ensanchamiento. Igual puede ser, metafóricamente, la alegría de la primavera (claramente en otra parte del mundo)




Un poco confuso. Abril, mes de transición y de indecisión.


Tempranito para botas, demasiado tarde para sandalias, ya no corresponden los soleritos, pero la temperatura no habilita los abrigos pesados. Abril desordena el placar en busca de su propia mirada. Y también desordena el resto de la vida. No da para playa, pero todavía no nos quedemos adentro. Los primeros fríos acobardan y las lluvias invitan al cautiverio bucólico. Abril es un mes de lluvias, algunos años más que otros, pero todos, nos esparce la mística del agua. 



Abril no tiene en claro a que te quiere convidar, no sabemos si a un heladito o quizás a té con carbohidratos. Abril no está en el stress de que todo termina, pero si en el caos de que la rutina empieza, esa rutina que heredó de marzo y que hace que abril continúe subida a la ola de que todo el año ya está sobre la mesa y con eso hay que jugar.



Abril es uno de esos meses bisagra en donde la vida se permite respirar, nada es del todo grave, ni el clima es extremo, ni la rutina es tan pesada. En abril todo está bajo control, o al menos, estamos a tiempo de creer que vamos a poder controlarlo. El tránsito no es inexistente como en enero, pero tampoco es agresivo como en noviembre. En abril, la circulación vehicular transcurre a escala humana, convivible.



Ni siquiera se que es lo que no le entiendo…. Solo camino desorientada entre sus días esperando el avance o temiendo el retroceso del almanaque. No se que me pasa en abril, porque no se siente mal, ni tampoco se siente bien. Porque el año se hace el que ya empezó, pero en muchas aspectos es mentira y en otros, es terriblemente tarde.




No entiendo el mes de abril… es tan mágico como imprevisible 




No entiendo la ausencia de ardillas



No entiendo que hicimos para quedar afuera del reparto de ardillas.


Desde siempre veía las ardillitas en los dibujitos y entre Chip y Dale y los animalitos de los bosques de todos reinos en los que las princesas cantaban sentadas sobre el césped, se me hacían casi seres mitológicos.

Fue de grande cuando las vi en vivo y en directo, tan bellas como en los cuentos, tan rápidas y escurridizas como en las comedias. Las ardillas de la vida real se paseaban por los parques enclavados en las más modernas ciudades y nadie se molestaba en prestarles atención. Como a las palomas, o como a los arboles de las veredas, que de tanto estar ahí, parece que no estuvieran.
Mi cámara y yo las perseguíamos (ayudados por alimentos de variada índole) para convencerlas de posar para las fotos, para capturar sus imágenes como entrañables recuerdos de mi encuentro con ellas. Y la gente nada. Como si fueran invisibles y solo yo hubiera recibido el don de poder verlas (así como en muchas historias algunos elegidos logran poder comunicarse con los animales de la pradera).

Entonces, me pregunto porque en mi país no hay ardillas…. 

Ardillita londinense
Y es que las primeras que vi estaban en Londres, por lo que supuse que les gustaba el norte, pero después encontré más en Cape Town, Sudáfrica, que comparte muchos rasgos geográficos con la Patagonia argentina (ver articulo)

Ardillita sudafricana
Entonces, lo que tenían en común era elegir climas relativamente fríos. Sin embargo, el mes pasado me crucé con ardillas igual de silvestres que las anteriores, igual de naturalizadas por todos sus conciudadanos, igual de increíblemente mitológicas para mi... pero en Chiang Mai,Tailandia... 

Ardillita tailandesa
No entiendo por que en Argentina no hay ardillas, pero me encanta  descubrirlas  por ahí... 




No entiendo la leche de soja



No entiendo la leche de soja, ni la leche de almendras, ni la leche de coco.

No lo entiendo porque ninguno de los tres mencionados es un mamífero y la definición de la leche es exactamente esa. La leche, viene de las glándulas mamarias. Sin mamas, no hay leche, y el coco no tiene mamas.


La función de la leche es nutrir, mediante la secreción de las madres a las crías hasta que son capaces de digerir otros alimentos. La cría de la soja no necesita nada de eso.

No se… pero yo tenia entendido que cuando de un vegetal se extraía liquido, eso se llamaba jugo, en verdad, el término correcto es zumo (ver aquí)La leche es otra cosa…
Ahora de repente, parece que exprimís una almendra y el resultado es leche.

¡Los vegetales, no son mamíferos!

No entiendo más nada.


No entiendo el Nesquik Cereal



No lo entiendo. 

Estaba en oferta y mi última visita al supermercado tenía por objetivo recargar mis stocks de Nesquik. Siempre tengo en casa un par de kilos y otros muchos litros de leche para protagonizar desayunos y meriendas, acompañar jornadas de home office y reemplazar almuerzos y cenas. De todas formas, me pareció que no podía ser muy grave probar el nuevo, con agregado de cereal.


Entonces me compré montones de paquetitos de los amarillos de siempre, pero con una banda verde que advertía un 28% de cereal. 

La mayor de las frustraciones sobrevino cuando preparé la primera taza. En los días sucesivos, intenté mirarla con mejores ojos, probé otras veces por si se trababa de un primer impacto... pero nada, es completamente imposible de tomar. Horrible! y para colmo la página de Nestlé está orgullosa de contar que tiene el mismo sabor que el original (para leer esa patraña, clic aqui)

Nada más que agregar. No entiendo como alguien pudo haber inventado esta aberración, y no entiendo porque compré tantos antes de catarlo.


No entiendo más de 100 cosas.



Si…. Esta es la publicación Nº100 y sólo puedo decir que no entiendo como he sobrevivido tantos años sin sacar de mi cabeza todas estas ideas sueltas y muchas veces sin sentido que he plasmado en este rinconcito de la cibergalaxia.

Esta re bueno no entender el mundo.


Es una forma de exponer argumentos para (lejos de tratar de entender) explicar que está más que justificado no entenderlo. Es volver a pensar un montón de cosas que nunca se piensan porque se hacen, se ven, se sienten y listo…

No entiendo como naturalizamos y aceptamos tantas cosas sin el más mínimo cuestionamiento, no lo entiendo, y me fascina. Creo que todos deberíamos noenteder más cosas para que nuestros caminos sean más genuinos y nuestras vidas más nuestras y menos impuestas por usosycostumbres. Imagino un mundo en el que todo lo que hagamos haya sido elegido, cuestionado, problematizado y nos imagino más convencidos de que lo que hacemos, vemos o sentimos, lo queremos hacer, ver y sentir. ¿Se imaginan? ¿O no entienden?


No entiendo más de 100 cosas, no entiendo muchísimas más de 100 cosas.


No entiendo la espiritualidad de Bali




Isla de playa, surf y noche... de adolescentes europeos viajando a conquistar el mundo... 
Bali se promete profana, pero es sagrada. 

Dice Wikipedia (y ¿quien se atreve a contradecirla?) que “La religión predominante entre los balineses es una mezcla entre el sivaísmo proveniente del hinduismo y la mitología balinesa (mitologías previas a la influencia hindú). Los balineses descendientes de los inmigrantes anteriores a la tercera ola, conocidos como bali aga en su mayoría no son seguidores del sivaísmo balinés y poseen sus propias tradiciones animísticas.

Y esto es bien curioso, porque el resto de Indonesia tiene predominancia de creyentes musulmanes, pero en esta isla no, en Bali se profesa una particular vertiente del hinduismo. Con toques de animismo y notas de budismo.

Uno de sus templos más reconocidos (incluso por UNESCO) es el Goa Gajah, nacido en el siglo IX, su ingreso representa la cabeza de un elefante y al acceder nos encontramos con Ganesha, la deidad de apariencia de paquidérmica. Esto marca la fuerza de la religión Hindú.

La puerta es el rostro del elefante y te recibe una representación ya sin cabeza, pero con ropa nueva.
Y los visitantes, siempre con las piernas cubiertas.
En ese, como el en la mayoría de los templos, el agua ocupa un lugar importante, y es que las ceremonias de purificación siempre la tienen como protagonista, ya sea para los feligreses u ocasionalmente para los turistas entusiastas.

Otro templo, en este caso, para bañarse en agua sagrada a la sombra de una serpiente coqueta
Dentro del agua, es posible ver peces koi , que en todo Asia se cree que traen buena suerte. Son peces de vida larga que alcanzan los noventa centímetros y pueden superar los ocho kilos.
La leyenda dice que los peces que conseguían nadar río arriba hasta la cascada y subirla, por su esfuerzo se transformaban en dragones, y alguien pensó que los peces Koi se parecen mucho a los dragones. También están asociados a la perseverancia ante las adversidades y se consideran un símbolo de paciencia y longevidad. El ascenso del koi a la cascada significa “triunfar en la vida“.


Por todo Bali es posible descubrir figuras de deidades y seres de culto a los que los locales se toman el trabajo de vestir con ropas y flores con total abnegación.  Es muy común que cada casa y cada comercio tenga un pequeño templo en la puerta o en el interior. Por esta razón las calles de Bali están envueltas en olor a incienso, una fina película de espiritualidad y mística que nos recubre en sus veredas mientras esquivamos las ofrendas que los balineses ubican en el suelo. 
Las ofrendas son variadas, mayormente son canastitas de algún material natural trenzadas para contener flores, comida, dulces y sahumerios para congraciar con los espíritus y los dioses




Cuando el local comercial no tiene puerta... pueden estar en cualquier parte
No entiendo la espiritualidad de Bali, pero es su huella, lo que la diferencia de las otras siete mil islas que componen Indonesia. Bali es la provincia más prospera de Indonesia. En Bali, se respira distinto.


No entiendo el vagón de mujeres en Dubai



Son muchas las cosas que se complica entender en un contexto de credo musulmán. Pero también es muy difícil tratar de viajar con un total desprendimiento de la cultura de origen. La idea de abrir los sentidos, de borrar los prejuicios y entender que la diversidad no es ni mejor ni peor, simplemente distinta… es complicada.


Veníamos circulando por países con presencia musulmana, pero claramente minoritaria. Nos habíamos acostumbrado a que en todas partes las mujeres ya puedan trabajar, y entendiéndolo como un gran progreso:





De repente, en Dubai (Emiratos Árabes), una señal en el metro te hace replantear la hibridación de los mundos. El vagoncito rosa se planta ante tus pies, tal como lo indicaba el suelo.

Antes de que llegue el tren, el piso anuncia que vagón va a aparecer ahi
Multa para hombres en la cabina femenina
Vale la mitad equivocarse de vagón que prender un cigarrillo
Las nenas, de este lado de la rayita
Los muchachos, del otro lado de la franja rosada
Casi como un chiste, las mujeres que por su religión no pueden estar cerca de otros hombres estan separadas por una marca en el suelo que oficia de frontera más simbólica que real y transfiere a las musulmanas la tranquilidad de viajar entre chicas. 

Igual que en Dubai, en paises con muchos habitantes afines a estas creencias se repite la marcación del vagón femenino.

Kuala Lumpur - Malasia
El cartel es sumamente gracioso
Dentro del vagón los carteles te preguntan si estas seguro de estar en el lugar correcto, por si el rosado imperante no te había llamado la atención y estas incomodando a las chicas.

Así... mientras algunos nos preocupamos por alcanzar las mismas oportunidades, otros se encargan de marcar las diferencias. Así es el mundo, de eso se trata viajar, y del entendimiento tenemos que hacernos cargo nosotros.

No entiendo el vagón de mujeres en Dubai, suena a planteo anacrónico en una de las ciudades más modernas del mundo.


No entiendo las ofrendas de los budistas



Las religiones son cosas de fe. Es por eso que cuando uno no es practicante, o no se ha criado entre personas con esa devoción, todas suenan un poco raras. Pero la fe es así… crees o no crees y en función de eso, actuas.

Estar viajando por un país budista es una sorpresa a cada paso, todo es tan profundamente extraño que no podía dejar de mencionarlo en este rincón de cosas que no entiendo. Lo primero que no entiendo es que muchos dicen que es una religión, pero lo cierto es que no (listo… asi empezamos).

De todas formas, de lo que quiero hablar es de la cantidad de donativos diferentes que los budistas llevan o compran en y para los templos y los monjes.


Los monjes budistas son personas que dedican su vida a buscar la iluminación. Es común verlos 


pidiendo donaciones durante las mañanas con sus bolsos limosneros y resguardándose del sol con sus sombrillas igual de naranjas que todo en ellos. Durante los recorridos por los templos los encontramos ofreciendo oración o impartiendo “bendición”





 y cuando estamos en tránsito, en terminales y aeropuertos, los cruzamos, aunque suelen tener su espacio privado para esperar

Lugar de espera de los monjes en la terminal de buses
Monjes en el aeropuerto
Lo primero que le regalamos a Buda al entrar a su templo es la decencia. Desde ya, jamás vestiremos de manera impropia, sacarse los zapatos antes de ingresar y cubriste casi todo es la premisa. Además hay otras pautas de comportamiento asociadas al respeto por lo desconocido, que nunca está de más repasar 


Como en la mayoría de los templos, sin importar la religión está bien visto ofrendar flores; las más vistas, son las Flores de Loto, que son muy apreciadas por el culto budista, pero también podemos encontrar pulseras de flores o guirnaldas en los distintos lugares del templo.



También es común en los templos budistas ofrendar sahumerios y aplicar unos papelitos dorados sobre las imágenes de buda.



En otro templo se podían dejar campanas


Por supuesto, como toda estructura dedicada a los valores intangibles, los monjes deben enfocarse en la iluminación y no pueden trabajar, por lo que las alcancías aparecen en todas partes y de todas formas. 

Para cada día de la semana

Moneditas en los pies del buda reclinado
Billetes enganchados en los arbolitos junto al altar
...y toooodo tipo de reservorio, como se pueden ver en las demás fotos que ilustran este repaso de tradiciones. Hay que orar y colaborar. En los templos hay  alcancías, para mantenimiento de los religiosos y de las obras de caridad.

Pero, no solo se puede colaborar de este modo con los monjes, también existe la posibilidad de adquirir un kit de productos necesarios para la vida de un monje budista. No hace falta pensar que pueden necesitar, en la misma puerta del templo están disponibles las cajas promocionadas como “conjunto de batas y ofrendas a los monjes”  con artículos de higiene personal, linternas, alimentos, bebidas y las conocidas túnicas anaranjadas.





Las túnicas no solo están disponibles para lo monjes, también podemos donarle vestimenta a las representaciones de buda de los diferentes templos

Tienda de ropa para figuras de buda
Donantes vistiendo un buda gigante
Buda vestido, y con una estatuita de si mismo en la mano
Y si de cosas difíciles de entender hablamos... en algún templo aparecieron estas ofrendas con formato “gato azul” que sin dudas, no entiendo! 


Me puse a buscar en internet y aparece la historia de un restaurador que habría incorporado su fanatismo por Doraemons (el gato azul japones) a la nueva imagen de las pinturas del santuario, algo que pueden indagar en estos links, sin embargo, no es este el templo del que hablan aquellos artículos, la donación de peluches se fundamenta (al parecer) en que se trata de un templo erigido en memoria de un príncipe que murió siendo pequeño y muchos locales le agradecen con los juguetes preferidos de los niños tailandeses los favores concedidos.

Así nos encontramos con templos con lugar para las flores, los sahumerios, las túnicas de las imágenes, las ofrendas para los monjes y los donativos en efectivo… que dan como resultado unos alteares mas o menos así;



Claramente, no entiendo las ofrendas de los budistas, y cuando trato de buscar más información, veo que no soy la única que no las entiende.