¿Qué es una mancha?
Estamos muy acostumbrados a asociar esta palabra con la
suciedad, con algo que se manchó. Pero lo cierto es que una mancha es una zona
de un color diferente que generalmente se distingue del resto de la superficie
sobre la que se encuentra… los leopardos tienen manchas y nadie va a tratar de
lavarlos.
A mí me gusta buscar formas en las manchas, en las que se
limpian como las de pintura, pero no solo en las manchas que manchan; me
gusta encontrar formas en las manchas limpias, en esas que son como dibujitos
del mundo, arte espontaneo en lugares donde usualmente de tanto verlas no las
vemos, en las texturas y cicatrices de las cosas.
En las imperfecciones hay
formas… ahí me gusta buscar, o más que buscar; encontrar, descubrirlas en un
descuido, casi sin saber cómo las vi… porque así empecé a jugar este juego,
viendo cosas sin esperar verlas, pero sin poder dejar de hacerlo. Ahora si hay
momentos en que las busco, pero mucho más seguido, solo las encuentro.
Por todas partes están las manchas limpias y te invitan a
jugar. Ya una vez compartí un cuadro pintado por nubes. Las nubes son las
manchas limpias más variadas y cambiantes, hay que atraparlas en una foto, porque
no permanecen y nos dicen mucho sobre nuestro estado de ánimo…. Una tarde en
Nueva Zelanda vi pasar un kiwi por el cielo.
Es un kiwi! |
Las manchas limpias que forma el humo son incluso más inestables
y no es posible fotografiarlas, hay que seguir el camino inverso y buscar
formas en las fotos del humo. En las burbujas también puede haber algún
reflejito, incluso en la espuma o en el fuego podemos hacer búsquedas.
También hay manchas limpias permanentes, donde las formas
son estables y podemos verlas varias veces. Hace muchísimos años, varias
civilizaciones en diferentes épocas y locaciones jugaron a encontrar formas
entre las estrellas; las constelaciones, una vez identificadas siguen ahí par
que las reencontremos. Igual que las geoformas, que se convierten en piedras o montañas con nombres de objetos que alguien creyó reconocer en ellos.
Cuando yo era más chica encontré un árbol en la pintura
descascarada del suelo de la bañera, cada vez que entraba a bañarme lo veía,
una vez identificado, fue imposible dejar de verlo; el tronco, la copa frondosa
y hasta un nido marcado en medio del follaje. Parece mentira que el resto de mi
familia no lo vea.
En esa misma casa, desde antes que nosotros viviéramos ahí, había
un ropero enorme y muy viejo, todas las noches, desde mi cama podía ver un
lobito entre las vetas de la madera y cada vez que vuelvo a esa casa sigo explicando a los demás habitantes cómo verlo.
Otra vez, trabajando en un lugar con piso de microcemento encontré
un leoncito,
Una tarde de fiebre que pasé tirada en el sillón de mi casa encontré
que la humedad había trazado un dinosaurios en la parte inflada de la pared y la cara de un lobo (si, otra vez veo lobos) en el faltante de pintura
Mi último hallazgo fue hace poco, cuando descubrí que
mi bebe tiene un delfín en la oreja.
Todavía me falta encontrar formas en un montón de manchas
limpias como grietas del asfalto, marcas de óxido, la corteza de los árboles,
la espalda de algún gato, las vetas del mármol… el mundo está lleno de mensajitos
secretos que esperan en silencio ser descubiertos para robarnos una sonrisita cómplice,
tesoritos sencillos para disfrutar la vida cotidiana.
No entiendo como no jugamos a buscar formas en las manchas
limpias