Y los padezco.
Me molesta un montón que se oculten detrás de este título
que les denota una cierta inmunidad.
Decir “soy re colgado” es una especie de declaración de principios, un atenuante que
significa que puede hacer un montón de cosas mal, de las cuales no es culpable,
porque es innato en ese sujeto, porque “es así” y el mundo tiene que tolerarlo
y vivir con eso.
Soy re colgado, no hice, dije, llamé, escribí, terminé… en
todas estas afirmaciones, la culpa es tuya por no haber tenido en cuenta que con este
individuo la cosa es así.
No sé si queda claro el nivel de perversión oculto en
esas palabras. El ser colgado infiere que no puede combatir esta realidad y que
son los demás los que tienen que aprender a coexistir con su chistecito.
Generalmente esta declaración ontológica se acompaña con
gestitos amistosos (sonrisas, movimiento de manos o revoleo de ojos), un claro
indicio de complicidad que por alguna extrañísima razón tendría que significar
que todo está bien, que ni da enojarse con un colgado por que se colgó, y era
obvio… pobre, es así.
Me desespera. Aunque suene intolerante, no entiendo a la gente colgada, y me parece, que tampoco lo intento.
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