Son muchas
las cosas que se complica entender en un contexto de credo musulmán. Pero también
es muy difícil tratar de viajar con un total desprendimiento de la cultura de
origen. La idea de abrir los sentidos, de borrar los prejuicios y entender que
la diversidad no es ni mejor ni peor, simplemente distinta… es complicada.
Veníamos circulando
por países con presencia musulmana, pero claramente minoritaria. Nos habíamos acostumbrado
a que en todas partes las mujeres ya puedan trabajar, y entendiéndolo como un
gran progreso:
De repente, en Dubai (Emiratos Árabes), una señal en el metro te hace replantear la hibridación de los mundos. El vagoncito
rosa se planta ante tus pies, tal como lo indicaba el suelo.
Antes de que llegue el tren, el piso anuncia que vagón va a aparecer ahi |
Multa para hombres en la cabina femenina |
Vale la mitad equivocarse de vagón que prender un cigarrillo |
Las nenas, de este lado de la rayita |
Los muchachos, del otro lado de la franja rosada |
Igual que en Dubai, en paises con muchos habitantes afines a estas creencias se repite la marcación del vagón femenino.
Kuala Lumpur - Malasia |
El cartel es sumamente gracioso |
Dentro del vagón los carteles te preguntan si estas seguro de estar en el lugar correcto, por si el rosado imperante no te había llamado la atención y estas incomodando a las chicas.
Así... mientras algunos nos preocupamos por alcanzar las mismas oportunidades, otros se encargan de marcar las diferencias. Así es el mundo, de eso se trata viajar, y del entendimiento tenemos que hacernos cargo nosotros.
No entiendo el vagón de mujeres en Dubai, suena a planteo anacrónico en una de las ciudades más modernas del mundo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario