En el fondo,
la verdadera preocupación que tenemos,
son las próximas generaciones.
Y si… los chicos como presente y como futuro son
la joyita más preciada que cada especie tiene para garantizar su continuidad,
pero nos resulta muy complicado; los chicos vienen violentos y conflictivos,
inexplicablemente.
Hay montones
de cosas en relación a la crianza de niños que me generan dudas, muchas cosas
de esas que no entiendo… pero una de las que más me preocupa es que como
sociedad, hemos descubierto hace mucho tiempo que los chicos aprenden jugando,
y para desarrollar habilidades de socialización y aprender a hacer distintas
operaciones lógicas, aparecieron los Jardines de Infantes (esos que se
metaforizan con el prado lleno de margaritas a regar para que crezcan sanas y
derechitas).
Como
aprenden tan fácil y tan rápido, nos dimos cuenta que las canciones le suman
pregnancia. Los chicos disfrutan las canciones y las repiten con facilidad
abrumadora…. Sin embargo no somos muy estratégicos con lo que les hacemos
repetir.
No sé hasta
cuando repetiremos que Sana sana colita de rana… si las ranas no tienen cola.
No me causa
gracia admitir que si Mambrú se fue a la guerra no sé cuándo vendrá
No quiero
que alguien me diga “Yo quería una de sus hijas, Mantantiru-Liru-Lá”
No quiero
que Manuelita viaje hasta Paris sólo para ponerse linda para un tortugo
No estoy de
acuerdo con la amenaza de la mamá de Trompita con hacerle chas chas en la
colita.
No tengo
ganas de que los chicos y sus permeables cabezas repitan estas estrofas
robotizados. Porque podrían repetir otras cosas, mas poéticas, más profundas o
más superficiales, pero más interesantes, y para ellos sería igual de divertido,
sin ser taaaan hueco. ¿no?
No entiendo algunas canciones infantiles.
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