Estoy convencida de que habitamos las realidades que
construimos desde el lenguaje, lo que implica que el mundo que configuramos
desde el discurso es el único que podemos entender.
Esto pensaba cuando descubrí que la población angloparlante
tiene una enorme falencia en su gramática y es ni más ni menos que el verbo “to be”
Esta conjugación verbal es lo primero que aprendemos quienes
nos acercamos el idioma inglés como segunda lengua y es la máxima expresión de
pobreza léxica (o al menos así lo siento hoy, que me puse a pensarlo)
Como puede ser que tanta gente viva en un mundo en el que es
lo mismo ser y estar? Como pueden tener unificados verbos tan distintos?
No me imagino una vida en la que me de igual ser enfermo que
estar enfermo, ser ansioso o estar ansioso, ser borracho o estar borracho… y
cientos de ejemplos más…
Nuestra lengua nos abre una brecha entre el ser, ontológico,
identitario y el estar, temporal, efímero, relativo. El mundo que configuramos
a partir de estos verbos es bien diferente, y no puedo menos que celebrarlo.
Acaso debería ser una de las principales virtudes de nuestro
idioma esa posibilidad de entendernos como un ser que puede estar, como un
alguien que puede tener atravesamientos de un algo que no lo constituye.
Una disociación en el lenguajear abre un mundo de
posibilidades que nos deja pensarnos y desde el
pensamiento nos deja inventarnos.
Soy. Estoy. Lo que soy es nodal, mi estar es temporal y
entre ambos conceptos, la comunidad angloparlante pierde la posibilidad de ver
una brecha mágica, un mundito que existe solo para los que hablamos el español.
No entiendo como no nos sentimos privilegiados vividores de
este mundo!
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