Días de abecedario es un
juego propuesto por alguna de las personas a las que leo (sigo tratando de
recordar cual) y hace varios años trato de juntar las ganas de hacerlo. La idea
es escribir utilizando cada una de las letras del abecedario. Lo que sea, lo
que surja, lo que se pueda… según lo que esa letra nos invite. Aquí
vamos con la “J”
No entiendo como no usamos
más jengibre. Lo descubrí hace relativamente poco y casi me volví adicta. Se me
hace muy difícil resistirme a masticarlo en su versión confitada, es algo así
como mi snack favorito que nunca falta en la cartera. No me privo de agregarlo
a cada limonada que preparo. Lo disfruto junto al sushi. Lo espolvoreo sobre cualquier vegetal hervido y le
cambia la vida a cualquier fideo aburrido que
me dispongo a comer. Es el condimento ideal para sustituir la sal y
deberíamos seguir explorando las muchas posibilidades que ofrece.
Me puse a curiosear las ventajas de su ingesta, porque primero lo amé por el paladar, y después le agradecí sus talentos. Encontré que las propriedades del Jengibre
se deben a que posee acción anticoagulante, vasodilatadora, expectorante,
analgésica, digestiva, antiinflamatoria, antiemética, antitusiva,
astringente, carminativa, antipirética y antiespasmódica, con todo esto, es
casi un alimento milagroso. Sus muchos beneficios favorecen la garganta, el colesterol, la presión, ayudan a la perdidad de peso, aportan a los musculos, la circulación, el intestino, y reducen la artritis
Su sabor picante y su perfume inconfundible lo vuelven muy atractivo, sin embargo, todo esto lo encontramos en la raíz, y no es muy común conocer la planta que se aprecia en la superficie de este completo alimento. La planta llega a tener
90 cm de altura, con largas hojas de 20 cm, que se pueden encontrar en India, China, Nepal, Indonesia y Tailandia. Generalmente sus consumidores solo conocemos como luce su raiz... con un inconfundible aspecto semi mitologico que lo hace irresistible.
No entiendo como no armamos clubes de fomento del jengibre... salgamos a las veredas con pancartas que griten sus poderes y llenemos el mundo de adictos a esta raiz que encanta, cura, previene y enamora. Yo amo el jengibre. No entiendo como vivir sin él.
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