Empiezo por explicar para que muchos entiendan el significado de la palabra que hoy digo que no entiendo, porque el mayoritario desconocimiento se debe a que es un galicismo que el diccionario de la Real Academia Española incorporo en el relativamente cercano 2001
La definición textual que le asignaron expresa que su
existencia es un sustantivo que refería a “afabilidad, sencillez, bondad y
honradez en el carácter y en el comportamiento”, una especie de buena gente,
pero a la francesa (porque allá usan el término desde el siglo XVIII)
Es alentador que hace tan poco tiempo los hispanoparlantes hayamos
tenido ganas de ponerle nombre a algo tan difícil de encontrar…. Y no se me
ocurre quien habrá sido el proponente, pero debe tener algo de filantropía,
altruismo y solidaridad junto con una buena cuota de utopía como para buscar la
forma de resumir tantas cosas lindas en tan pocas letras, porque la bonhomía
remite a una bondad genuina, inteligente y nacida del amor, no se refiere a una
persona bobalicona, naif y aburrida (como muchos de ustedes están pensando),
sino a ese ideal al que deberíamos pretender alcanzar sin que nos parezca que
la sociedad nos va a comer de a pedacitos
Así estamos, con una palabra nueva, con un significado
profundo, lista para ser usada y muy pocos sujetos de aplicación (¿o tal vez
haya sido pensada para la literatura de ficción?). Entonces, pienso que quizás la intención de incorporar un vocablito así era recordarnos características deseables en un humano para instarnos a
encarnar el flamante sustantivo.
No entiendo la bonhomía, pero bueno, después de todo…
unicornio, sirena y dragón ya eran palabras existentes y todavía no se han
reportado casos comprobables de su existencia.
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