No entiendo el Rio Paraná (1)



No entiendo como lo hace, pero el rio que  acompaña mi ciudad tiene muchas formas de ser vivido, sentido y conocido… se ocupa de contarnos algo a cada uno de los que le pasamos cerca…  y con cada uno establece un vínculo, que como todos los vínculos, fluye, muta y se renueva.

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El río se ve más lindo esta mañana, me acerco para mirarlo brillar bajo un tibio sol de agosto que traza un sendero dorado desde el cielo hasta donde estoy. Camino en paralelo al curso del río y el sendero dorado siempre va del sol hacia mí. El mensaje es absolutamente claro. Mientras cardúmenes (¿?) de camalotes navegan con calma hacia el sur, el astro rey me señala el brillo, el fulgor, la fuerza y la calidez de sus atributos, que me son conferidos a diario. Sus dones se vuelven míos, me llenan y hoy los siento. Absolutamente claro. Sobre el agua destella un senderito y yo camino, el sendero también.


El río marrón se ve azul fuerte y la fuerza se llena de viento suave que invita a la permanencia.
En pleno centro, zona donde el río se luce pero no moja. Hay muchos ríos en mi río y con muy pocos converso. El de hoy me habla manso y claro, me contagia, me potencia y me invita. El río de hoy tiene ganas de darme un empujoncito y el sol baja por él y me llama.
No es el de siempre pero es el mismo. Panta rei, todo el tiempo, aunque no lo vea. Panta rei, todo el tiempo mientras corremos. Hoy me habla, absolutamente claro.

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No entiendo a este Río Paraná


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