No entiendo - Diario de encierro #17 - Esmeralda es una geoda

 


En la alegoría de la caverna de Platon había un grupo de personas confinados a una cueva mirando sombras proyectadas en el muro interior, pero desconociendo la existencia de algo allá afuera. Esas personas tenían la cueva como única realidad y algunos indicios del exterior, a los que consideraban la totalidad del mundo, la única vida vivible.



Supongo que así se siente Esmeralda, con casi la mitad de su vida metida en la cuarentena y muy poca información  de las experiencias que la vida de/en esta familia le pueden ofrecer. Ella habita su casa desde hace cinco meses, de sus trece. Entre estas paredes sus primeros pasos, sus primeras palabras, su primer cumpleaños. muchas experiencias postergadas muchas de las que su hermana a esta edad ya había vivido; cine, teatro, recitales, avión, biodiversidad, socialización, jardín, paseos, momentos, juegos... todo aplazado hasta nuevo aviso, todo por hacerse, todo por descubrir. y no lo sabe. 



Me consuela que no lo extrañe, me desespera que no lo conozca, me sonríe y me olvido, la miro dormir y lo pienso.


Y como ella millones de bebes, y como ella montones de infancias iniciando en una realidad irreal, en un cautiverio complejo, en un mundo encerrado  con amenazas de muerte sobrevolando cada abrazo. 

En cada rincón del planeta, muchas Esmeraldas empiezan su vida con privaciones experienciales, con familias sumergidas en monitores, conviviendo con la versión  híbrida de una mamá atrapada entre presencias y ausencias; porque trabajar desde casa habilita cercanía física, pero en simultaneo se puede sentir ignorada, porque si estoy en casa y no estoy compartiendo tiempo de calidad, hay una ausencia elegida que no le puedo explicar y todo se le debe hacer muy confuso.


Mi preciosa Esmeralda, oculta en la cueva, espera que abran la geoda para que el sol refleje su brillo y pueda ser quien vino al mundo a ser. No entiendo hasta cuando,