Llegando a
Singapur, todavía no había pisado la primera vereda y ya amaba sus mensajitos.
El baño del
aeropuerto me pidió con una sonrisa que no olvide mi equipaje al retirarme
Y una
pantalla táctil me invitó a calificar el estado general de los servicios
sanitarios.
En verdad, tienen una política ecológica de reducción de la plaza automotor, por lo tanto, desalientan la tenencia de autos particulares incentivando el transporte público.
Algunos
cartelitos en el transporte publico de Singapur, merecen ser mencionados;
En un taxi,
el recodatorio de que no es adecuado hacer demostraciones de afecto. Nada de
besos en el asiento trasero, por favor (ni los dibujitos del cartel se atrevieron a besarse).
En el
colectivo, dos carteles nos dan pautas para evitar accidentes a bordo y una
pantallita se actualiza constantemente para indicarnos cuantos asientos quedan libres en el piso superior
En el metro,
nos piden que bajemos las mochilas durante el viaje para cuidar a los demás pasajeros
Bolsa en el suelo para un mejor viaje |
Y como ya
vimos en otros carteles, ceder el asiento siempre es algo que merece ser recordado, pero en Singapur,
nos piden que mostremos que nos importa el otro y lo hacen con simpáticos personajes,
un hashtag y una fan page
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