Seguramente muchos de ustedes tampoco.
Ahora que ya todos celebramos la festividad y comimos todo el chocolate que nos permitió ingerir el cuerpo, ahora que tenemos encanutado el ultimo huevo para comer en alguna noche depresiva, ahora que ya el rito familiar fue cumplido tal y como lo marca la tradición, es ahora cuando podemos salirnos de nuestros cuerpos y mirarnos desde afuera y pensar ¿Qué estoy haciendo?
No vamos a ceñirnos a hablar de la valoración religiosa de ésta, porque como todas las festividades religiosas, salvo en contados hogares, se han vaciado bastante de significado. Sin embargo, si podemos pensar históricamente la cuestión religiosa para ver porque estamos donde estamos.
Si repasamos la génesis de la festividad, nos encontramos con el pueblo esclavizado de Israel, atrapado en Egipto, guiado por Moises a través de las aguas para llegar a la tierra prometida. Para algunos, la cosa llega hasta ahí. Años más tarde, la llegada del cordero de Dios que es sacrificado en la cruz para la salvación de todos (acotadísima síntesis, sabrán comprender que no es el eje del relato) e instituye el rito de la Santa Cena, en torno al pan y el vino.
Muchísimos años después, las palabras; sacrificio, cordero, esclavitud, liberación, cruz, paso, resurrección, renacimiento y otras consignadas u omitidas en el párrafo anterior, se desdibujan y las pascuas se alinean con iconos tales como; huevo, conejo, gallina y fundamentalmente; chocolate.
No entiendo exactamente. El tema del huevo, como nacimiento, ¿no estaría más cerca del significado de la navidad? Después, y relacionado al poco comprensible huevo, surge con una ampliamente legitimada relación la figura de la gallina, pero (seguramente salido de una galera, más que de un huevo) llega a nuestra mesa la iconografía del conejo. ¿Alguien me lo explica?.
El conejo, ¿qué pito toca? ¿Quien lo invito? ¿No es el aniversario del sacrificio del cordero de Dios? Tiene mucho más sentido una oveja que un conejo. Y como sugerencias ¿cruces de chocolate? ¿o coronas de espinas de pastillaje?
Si lo que celebramos, en cambio, es la liberación del pueblo de Israel ¿No tendría mucho más sentido evocar el cayado de Moises en el formato del igualmente incomprensible bastón de caramelo navideño? Y el temita del chocolate… ¿cómo se vincula con la fe, el paso, o quien sabe que… con la delicia indiscutible del fruto del cacao?
No entiendo las deformaciones de la simbología de pascua, pero me encanta el chocolate.
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