Resulta que lo que no entiendo es como NO viajar… en la situación que
sea, entonces, sumé un bebe a mi vida, y allá fuimos… a poner en práctica
algunas ideítas de cómo hacer para disfrutar del viaje los tres
Tomamos la decisión de viajar con nuestro bebe, porque entendemos que es
parte de nuestra familia, y que a esta familia le gusta viajar. Confiamos en
que va a disfrutar el paseo, creemos que es bueno para todos aceptar el
desafío, nos enfrentamos a las miradas
reprobatorias, a las palabras poco alentadoras y a los prejuicios de quienes nunca intentarían
viajar con un bebe, o al menos no en viajes tradicionales, porque a un resort
va cualquiera... pero ¿excursiones? ¿traslados de muchas horas? ¿destinos con alimentos
novedosos? ¡¿como se nos ocurre?!
Empezamos entonces los preparativos para entretenernos en esta mini
aventura de sobrevivir (entre otros traslados) a 19hs de vuelo, un montón de
horas en la misma butaca, con la utopía personal de no caer en la tentación naufragar
en las pantallas que las aerolíneas nos ofrecen a todos (porque un viaje de
muchas horas no es un placer para la mayoría de los adultos, tampoco), y sabiendo que antes y después de ese vuelo había otros tramos que totalizaron más de cuarenta horas en tránsito.
Vacaciones, tiempo libre, familia, jugar…. ¿A qué vamos a jugar todas
estas horas?
Para nuestros llenar la valija vaca (donde iban las propuestas divertidas), armamos una lista de caracteristicas que deben reunir los elementos de viaje... con esto empezamos el reto de pasar
veinticuatro días en Egipto con ella, y es esa lista la que queremos
compartirles.
Los juguetes elegidos, construidos e inventados deben ser:
Los juguetes elegidos, construidos e inventados deben ser:
Variados; lo primero que
necesitamos, es saber que los peques tienen una atención corta y vamos a tener
que llevar muchos disparadores de juegos para captar su atención, y saber que
en muchos casos, el cansancio del viaje puede hacer que no funcionen las
estrategias habituales.
Pequeños: en viaje siempre
necesitamos ser prácticos y simples, los juguetes pequeños nos permiten
manipularlos en cualquier superficie, sea auto, colectivo o avión, incluso
jugar cómodamente en el momento de comer o de dormir, y obviamente trasladarlos
sin que sea una molestia.
Livianos: no sobrecargarnos, tenemos que viajar con muchas cosas nuestras y además hay que cargar a otra persona y todas sus pertenencias, no hace falta llevar demasiado peso para hacer feliz un bebe; un super oso o una muñeca pesada… no están invitados
Probados: esta bueno chequear las
actividades para conocer si son del interés de nuestro bebe, para evitar
frustraciones estando tan lejos de casa y no cargar juguetes que no son
atractivos para su estilo de juego
No agotados: por otro lado, no llevar
juegos que estemos cansados de jugar y libros que estamos cansados de leer, porque el efecto sorpresa suele ser
necesario
Enganchables: no todos, pero algunos es
cómodo que tengan de dónde agarrarse, para poder llevarlo colgando de la ropa,
de una mochila o del asiento y poder recuperarlo fácil en caso de que se caiga (con tener un anillito para ponerles un portachupete o un mosquetón... es suficiente)
Perdibles: estamos expuestos a que
los juguetes queden en el camino, y todos los que llevamos deben poder soportar
no volver, evitar los que tienen gran valor sentimental para los padres o gran
valor económico (los chicos superan la perdida de juguetes mejor que sus
papas:))
Calmos: necesitamos actividades que inviten a permanecer
sentado, juegos tranquilos que calmen la ansiedad de llegar a destino y logren concentración
en una butaca
Silenciosos: siempre hay más gente
en el viaje, aunque solo sea un conductor que necesita tener sus sentidos
alerta al camino, no es recomendable tratar de entretener y relajar con
propuestas ruidosas
Regalables: los chicos generan
vínculos cuando se encuentran con otros chicos y es frecuente que quieran
regalarle sus juguetes, estemos preparados y autoricemos que entreguen los suyos.
Fáciles de lavar: necesitamos que sean
muy todo terreno, porque son juguetes que se caen, se pisan, se revuelcan por
ahí y después pueden terminar en la cama, es lo ideal que sean materiales que no requieran más
que pasarles un trapito húmedo para volver a estar plenos
Con esta lista, preparamos las propuestas... nada muy revolucionario... acá algunos ejemplos claros de cosas que nos resultaron y pueden aplicarse a otros niños;
Stickers: durante los trayectos en butaca con cinturón de seguridad, la movilidad se reduce a las manos. pegamos stickers en ventanillas, butacas, cuerpo, cuadernos, accesorios, y en todo lo que nos pasó cerca. Elegimos los stickers que tienen un poco de relieve para que sea más fácil agarrarlos y podamos despegarlos y volver a pegar un par de veces.
Libreta y crayones: dibujar siempre es una buena idea, llevamos una libreta pequeña, pero con muchas hojas y elegimos crayones para no tener que viajar con sacapuntas ni correr grandes riesgos como con las fibras
Pizarrón y tizas: es otra variante de dibujo que nos gusta, llevamos una pizarrita de tela que se enrolla y varias tizas de colores que cuando no estábamos en tránsito usamos en algunos suelos de patios y veredas.
Juguetes con movimiento: alguno que mueva sus partes o que se transforme en otra cosa, como para manipularlo una y otra vez
Rompecabezas: por ahora, usamos de pocas piezas, de dos, o de cuatro y por eso se pueden armar sobre un libro, en la falda y cuando se puede, panza abajo, en la alfombra.
Pesca magnética: pasamos horas jugando con diez peces de chapita de gaseosa y goma eva que podíamos trasladar con dos cañas con imán... ocupa re poco lugar y jugamos con un montón de consignas.
Títeres de dedo: un clásico que no pierde vigencia. Según la edad, podemos mostrárselos bailando en nuestra mano, escondiéndose y apareciendo, o hacer que los use en sus de dos cuando ya pueden hacerlo, o inventar historias si son más grandes.
Sopapitas: compramos varios antideslizantes para bañera con ventosas y forma de animales; recorrimos vidrios de ventanillas y espejos, salas de espera y baños... bueno, bonito, barato..
Velas led; nos ayudaron a jugar en la cama y en momentos de poca luz, y también para lograr calma antes de descansar o en medios de transporte nocturnos.
Lata con imanes: cualquier latita con tapa y personajes o figuras magnéticas pueden hacernos mucha falta... y durante el viaje podemos comprar imanes que se sumen al juego. Para los chicos el magnetismo es magia pura y en las superficies metálicas que encontremos por el camino, podemos armar nuevas propuestas
Globos de agua: la bolsita de cien habilita a regalar a otros chicos y entablar dialogo con niños locales u otros viajeros en distintas situaciones o inventar juegos como decorar la puerta de la habitación del hotel para después encontrarla entre tantas iguales. No los recomiendo en un auto, por los posibles estallidos (aunque los globos de agua hacen menos ruido al explotar que los globos de cumpleaños), pero en el resto de las situaciones, funcionan. Les ponemos papelitos adentro, juguetes y esas cosas.
Cajas con sorpresas: o bolsitas o monederos, en los que pequeños animales viven, y los sacamos con mucho suspenso y ganas de entusiasmar (tengan confianza, los chicos aprenden que no todo va a la boca, no se tragan nada, y siempre estamos ahí enseñando las reglas del juego y velando por su seguridad)
Libros: siempre! pero en este caso, chiquitos, con consignas de observación, con ruidos para dramatizar, con personajes para interpretar... el libro necesita que el adulto aporte juego, aunque también los chicos solos los disfrutan, en viaje, necesitamos resurgir con cada lectura las misma páginas.
Podemos probar antes del viaje y nuestros chicos quizás nos sorprendan con un interés por juegos que no les habíamos ofrecido antes, lo importante es sostener los juegos que ya inventamos con nuestros chicos y recordar los que nos hacían felices con nuestros padres.
Stickers: durante los trayectos en butaca con cinturón de seguridad, la movilidad se reduce a las manos. pegamos stickers en ventanillas, butacas, cuerpo, cuadernos, accesorios, y en todo lo que nos pasó cerca. Elegimos los stickers que tienen un poco de relieve para que sea más fácil agarrarlos y podamos despegarlos y volver a pegar un par de veces.
Libreta y crayones: dibujar siempre es una buena idea, llevamos una libreta pequeña, pero con muchas hojas y elegimos crayones para no tener que viajar con sacapuntas ni correr grandes riesgos como con las fibras
Pizarrón y tizas: es otra variante de dibujo que nos gusta, llevamos una pizarrita de tela que se enrolla y varias tizas de colores que cuando no estábamos en tránsito usamos en algunos suelos de patios y veredas.
Juguetes con movimiento: alguno que mueva sus partes o que se transforme en otra cosa, como para manipularlo una y otra vez
Rompecabezas: por ahora, usamos de pocas piezas, de dos, o de cuatro y por eso se pueden armar sobre un libro, en la falda y cuando se puede, panza abajo, en la alfombra.
Pesca magnética: pasamos horas jugando con diez peces de chapita de gaseosa y goma eva que podíamos trasladar con dos cañas con imán... ocupa re poco lugar y jugamos con un montón de consignas.
Títeres de dedo: un clásico que no pierde vigencia. Según la edad, podemos mostrárselos bailando en nuestra mano, escondiéndose y apareciendo, o hacer que los use en sus de dos cuando ya pueden hacerlo, o inventar historias si son más grandes.
Sopapitas: compramos varios antideslizantes para bañera con ventosas y forma de animales; recorrimos vidrios de ventanillas y espejos, salas de espera y baños... bueno, bonito, barato..
Velas led; nos ayudaron a jugar en la cama y en momentos de poca luz, y también para lograr calma antes de descansar o en medios de transporte nocturnos.
Lata con imanes: cualquier latita con tapa y personajes o figuras magnéticas pueden hacernos mucha falta... y durante el viaje podemos comprar imanes que se sumen al juego. Para los chicos el magnetismo es magia pura y en las superficies metálicas que encontremos por el camino, podemos armar nuevas propuestas
Globos de agua: la bolsita de cien habilita a regalar a otros chicos y entablar dialogo con niños locales u otros viajeros en distintas situaciones o inventar juegos como decorar la puerta de la habitación del hotel para después encontrarla entre tantas iguales. No los recomiendo en un auto, por los posibles estallidos (aunque los globos de agua hacen menos ruido al explotar que los globos de cumpleaños), pero en el resto de las situaciones, funcionan. Les ponemos papelitos adentro, juguetes y esas cosas.
Cajas con sorpresas: o bolsitas o monederos, en los que pequeños animales viven, y los sacamos con mucho suspenso y ganas de entusiasmar (tengan confianza, los chicos aprenden que no todo va a la boca, no se tragan nada, y siempre estamos ahí enseñando las reglas del juego y velando por su seguridad)
Libros: siempre! pero en este caso, chiquitos, con consignas de observación, con ruidos para dramatizar, con personajes para interpretar... el libro necesita que el adulto aporte juego, aunque también los chicos solos los disfrutan, en viaje, necesitamos resurgir con cada lectura las misma páginas.
Podemos probar antes del viaje y nuestros chicos quizás nos sorprendan con un interés por juegos que no les habíamos ofrecido antes, lo importante es sostener los juegos que ya inventamos con nuestros chicos y recordar los que nos hacían felices con nuestros padres.
Ahora sí, he cumplido con lo que muchas familias pidieron… El equipo de diversión en
viaje, lo personaliza cada familia, de acuerdo a sus gustos y la edad del peque
No entiendo como no viajar con bebes!
No entiendo como no viajar con bebes!
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