No entiendo lo descartable



Vivimos en un planeta cuyos recursos deberíamos optimizar y el condenable reino de lo descartable no para de crecer hasta niveles de obsolescencia difíciles de entender.
Lo descartable nos aparece como fácil, barato, rápido y práctico, y nosotros, revestidos de un imperdonable cortoplacismo, nos dejamos seducir por la propuesta y allá vamos, como si elegir esos productos no tuviera consecuencias, como si la necesaria toma de decisiones opuestas a esta corriente no fuera impostergable para marcar la diferencia en un planeta que pide a gritos que lo dejemos de intoxicar.



En la mayoría de los casos, hablar de cosas descartables, es sinónimo de plástico; vasos, platos, cubiertos, manteles, botellas, bandejas, embalajes, packs, bolsas y más bolsas. Usamos mucho plástico para la comida y para la higiene… sospechosamente los más frecuentes momentos de nuestra vida. Increíblemente, el plástico es un material muy duradero, lo cual hace muy posible su reutilización una buena cantidad de tiempo, mientras que su fabricación involucra elementos naturales no renovables… lo cual, es más desastroso aun.


Sin embargo, mientras cientos de organizaciones con argumentos científicos motivan a abandonar el consumo de plásticos de un solo uso, erradicar las bolsitas de nylon y reducir las compras con envoltorios excesivos, no paran de aparecer nuevas alternativas de cosas que antes no se tiraban, pero ya las podemos tirar. Los productos que se vendían sueltos, vienen con su envoltorio descartable, los pañales que antes se reutilizaban, ahora se pueden tirar, los productos recargables, escasean y entre lavar y tirar, elegimos ahorran un cuarto de minuto y hacer un bollito un vaso, una bandejita o un tenedor de plástico. Basta.


La palabra descartable remite al doble daño de extraer de recursos, aplicar energía y procesos de dudosa sustentabilidad para obtener un producto por el que alguien va a pagar para usarlo uno a pocas veces y tirarlo, contribuyendo a la abominable generación de residuos con todos los males que esta implica; en el peor de los casos, deposición final en montañas de basura que no paran de crecer, ocupar espacio y generar enfermedades a los que viven cerca y mucho tiempo para degradar estos materiales, en el mejor de los casos, descartarlo como residuo reciclable (en los pocos casos en que eso es posible) y volver a invertir energía y procesos en que ese material vuelva a ser algo útil que posiblemente en poco tiempo se vuelva a descartar y así…



No entiendo la cultura del descartable a la que nos hemos aficionado, como si tuviéramos un mundo plan B para cuando terminemos de colapsar este.


No entiendo las neuronas espejo



Cierto es que no las entiendo, y cuando me puse a leer... me entusiasmé escribiendo un cuentito... que no responde claramente a la definición de neuronas espejo... pero si me llevó de paseo con la actitud de elegir imaginarse espejando a otras personas, este momento de duda, donde no sabemos si seguir el camino y pegar un volantazo y tomar otro... ahí cuando elegimos mirar al resto, para ver si alguien mas tiene las claves de nuestro existir


Otro viernes a las seis de la tarde. Julia cerraba la puerta de aquella oficina para la que trabajaba a cambio de un salario, pero sin ninguna satisfacción. La llave crujió en la cerradura aprisionando los problemas ajenos hasta el lunes en que Julia volvería a abrir esa puerta para sentir esos problemas como propios a cambio de dinero.
Se acercó a la esquina para cruzar la calle y un taxi retuvo su atención. Se imaginó conduciendo ese auto sin rumbo por la ciudad a merced de que algún fulano se suba al asiento trasero para indicarle un nuevo destino, incierto cada día, sonrió.
En la siguiente esquina una pareja entretenía conductores con sus destrezas circenses el tiempo que duraba la luz roja del semáforo. Julia sintió ganas de aprender aquellas artes y decidir cómo y dónde montar sus shows, arrancar sonrisas, despertar admiración de chicos y grandes. Sonrió.
En otra esquina encontró un revuelo. Muchas voces, mucha gente y en el medio, un periodista empuñando un micrófono para interpelar a los presentes. Quizás Julia sería feliz recorriendo el lugar de los hechos, entrevistando testigos, buscando noticias, generando contenidos de prensa. Volvió a sonreír.
Esa tarde, entre llamados telefónicos y timbrazos, Julia había leído sobre las neuronas espejo, un grupo de células dedicadas a reflejar acciones ajenas (como el contagio del bostezo o las ganas de ser taxista, artista callejera o periodista). Según la ciencia, estas neuronas explican que un bebé llore porque otro lo hace y que casi podamos sentir dolor por ver a una persona herida. Son la clave de la imitación como medio de aprendizaje y quizás la explicación de las ganas que experimentaba Julia de ser como cualquiera, menos como ella misma.

Otro viernes a las seis de la tarde con la posibilidad de elegir no volver a aquella oficina el lunes.

No entiendo las neuronas espejo, ni entiendo a quienes no cuestionan cada día su recorrido por esta vida...


No entiendo la sinestesia




No se si todos deberíamos ser sinestésicos... por momentos se me hace muy interesante que lo fuéramos.

Si no tuvimos la suerte de que nuestro cerebro se desarrolle de forma atípica y nos permita volvernos sinestésicos, estaremos toda la vida viviendo el mundo según el esquema de pensamiento que procesa la información sensorial por separado.

Alicia en el país de las Maravillas by Pablo Bernasconi <3

Cada uno de los cinco sentidos nos brinda datos acotados y un disfrute multisensorial solo será posible haciendo esfuerzos de abstracción, metáforas y rituales tendientes a producir alucinaciones.
Sin embargo, como personas no sinestésicas, el juego de mezclar los sentidos no resulta feliz para inventar mundos nos son inasibles.

  • Que sabor tienen las palabras que disolvemos en el paladar?
  • De qué color son las letras cuando las soltamos por la boca?
  • Que forman las notas musicales en el aire?
  • A que huelen los colores? Y las formas?
  • Que sabores son pinchudos y cuales son esponjosos?
  • Cuál es el sabor de la música? Y que color tiene?
  • Como suenan los colores?
  • Que gusto tienen las texturas?
  • De qué color son los números?
  • Son más dulces los colores verdosos? O los amarillos?
  • Que sonidos son ásperos y cuales son mullidos?
  • Es acido o amargo algo rugoso?
  • Hay olores fríos?

En el caso de los sinestésicos estas preguntas no las responden por asociación, sino con base en su percepción; involuntaria y automática. Ante el estímulo de uno de los sentidos, experimentan sensaciones de otro y perciben con los dos. Esto es otra prueba de que el mundo no es preexistente a nuestra experiencia de él. La realidad es individual, creada por nosotros.

No entiendo como no me tocó ser sinestésica… quizás para permitirme inventar mundos de sensorialidades superpuestas a mi voluntad.