No entiendo carteles de Malasia



Algunas  costumbres hay que recordar que cambian y otras, hay que procurar que sigan
De eso Malasia sabe.  

Es por eso que se venden carteles luminosos (con la potencia de lo bizarro que solo el sudeste asiático puede ofrecer) en los que se pueden ver diversas deidades del budismo y el hinduismo que hibridan la población malaya.


También se invita a cuidar la conducta en espacios de culto, como las cuevas de Batu, en las que las deidades hindúes tienen su espacio de exposición, pero los vicios y los deportes no están bien vistos.


Por otro lado, es necesario repasar las reglas del natatorio, solo ropa de nadar, aunque el criterio es plural y eso implica una amplitud fabulosa, solo nadaremos con lo que indica el cartel


En los espacios públicos las reglas son muchas, algunas apuntan al cuidado de la higiene, o a las demostraciones de afecto, otras, ni idea! Son muchas y están en su alfabeto… esperamos no haber transgredido nada.


Ya hablamos un poco de baños en esta región, lo característico años atrás era utilizar letrinas, ahora que los servicios sanitarios en muchos lugares se occidentalizaron, todavía hace falta aclarar que deben usarse de una manera diferente  los anteriores.


Y por último nos despedimos de Malasia con un cartel de su aeropuerto, donde nos cuentan cuanto falta para llegar caminando de un lugar al otro.


No entiendo los carteles de Malasia, pero los comparto, por si andan por ahi...


No entiendo carteles de Tailandia



La antigua Siam es tan bella, tan caótica y tan mágica a la vez, que desorienta.
Todos nos sentimos desorientados al llegar a Tailandia, y se ve que se nota, porque en todas partes, los carteles te explican cómo te tenes que comportar.

Entre las mayores dificultades que el tailandes afronta con el turista, podemos mencionar el respeto por la religión budista. Cuando un recién llegado invade templos con la sola intención de ametrallar la cámara de fotos, los carteles nos grafican algunas buenas practicas para tener en cuenta en lugares sagrados


Una  de las cosas que más nos impactan en los primeros días es el tránsito de los monjes, como seres mitológicos al principio, como parte del paisaje al final. Lo cierto es que nunca sabemos qué hacer ante ellos, y como los tailandeses lo entienden, nos dejan cartelitos para sugerir que les cedamos el asiento del metro, que no nos saquemos selfies con ellos y esas cosas.


No solo a los monjes hay que ofrecerles el asiento, también hay otros carteles para recordar quienes pueden necesitar viajar sentados, sobre todo en los asientos señalizados como de prioridad


Pero manejarse en el transporte público también implica otras muchas normas de convivencia, para las que hay carteles así de completos;


Tan completos que no terminé de leerlo y le saque la foto antes de ver que una de las prohibiciones era precisamente sacar fotos o tomar videos (algo que todos hacen, porque la selfie camino al trabajo ¡es casi un ritual tailandes!)

Hay buses que te dan la bienvenida con normas de convivencia, asi todo queda claro antes de empezar



Y cuando aplicamos todas esas reglas, viajar es tan placentero, que la empresa sospecha que uno no quiere olvidar esos viajes cotidianos y nos ofrece una amplia variedad de merchandising.


No entiendo algunos carteles de Tailandia, pero me gusta que todo esté pensado para educar y construir la convivencia.


No entiendo a Doña Petrona y su hermana



Doña Petrona es una de las tantas argentinas que viven en Malasia. Ella y su hermana son las gemelas más altas del mundo y reciben cientos de visitas al día. 


Hijas del tucumano Cesar Pelli, que las soñó y las imaginó a principios de los `80, las chicas crecieron en Kuala Lumpur desde 1994. 


Aunque a primera vista parece que las gemelas son amantes del hormigón, acero, aluminio y vidrio, tienen una casa preciosa con más de veinte hectáreas de jardín diseñadas por el brasilero Roberto Burle Marx, pensadas para que las visitas puedan encontrar un espacio verde en el corazón de la ciudad y disfrutar de su emblemática compañía. 


Amantes del entretenimiento, la gastronomía y la música, tienen tiempo y lugar para los negocios, la cultura y las artes. Incluso se las puede ver haciendo algunas participaciones en el mundo del cine.  


Tanto de día como de noche, se puede ver a las coquetas gemelas luciendo su atuendo brillante. Honrando a la herencia musulmana de Malasia, estas fotogénicas hermanas, con rasgos islámicos e impronta moderna, mezclan oriente y occidente, de manera completamente única, ellas sí que son buenas anfitrionas.

¡No entiendo como no las fui a visitar antes!

•         Base con forma de estrella de ocho puntas
•         452 metros de altura
•         32 mil ventanas que recubren la fachada de todo el complejo.
•         78 ascensores (39 por torre).
•         Superficie total de 395 000 m² (contando ambas torres).
•         88 pisos, con un pasadizo elevado en los pisos 41 y 42 a 170 m de altura.
•         258 columnas repartidas por todo el complejo.
•         Sede de la compañía petrolera malaya “Petronas”
 "Nunca se discutió que las torres deberían ser las más altas del mundo, sólo que deberían ser bellas" cuenta Cesar Pelli.


No entiendo las colas de los gatos del sudeste asiático



El sudeste asiático es sin dudas, tierra de gatos. 

Pocos lo recuerdan, pero Siam es el antiguo nombre de Tailandia, o sea que allí nacieron los populares gatos siameses, que son algo así como la única raza muy nombrada por estos lares. Otras razas felinas también son oriundas de aquella región, como los Sagrados de Birmania, procedentes de la ahora llamada Myanmar, o los gatos balineses, con sede en aquella isla de Indonesia, pero derivados de la cruza del siamés con genes de pelo largo. Los persas y los de angora también son de ahí cerca.

En este lugar tan querido por los felinos, también tienen cabida los Cat cafe, una modalidad de barcito en el que con tu café tenes acceso a mimar gatos a tu alrededor (mágico).

En medio de este furor felino, me llamo mucho la atención ver gatos con cola rara. 
Ante los primeros sospeche accidentes, pero pronto me explicaron que gozan de muy buena salud, sus colas, son así y listo. 
O cortas, o mochas o escalonaditas… una verdadera locura.


Esa forma tiene el hueso de la cola, doblada, en àngulo


Mientras la “cola media” de un gato tiene entre 13 y 21 vertebras, algunos gatos, sobre todo en Asia (según leí, especialmente en el archipiélago Malayo), nacen sin cola, por distintas razones que suelen ser atribuidas a la contaminación o a la genética, hasta existen teorías que propone que se trata de algún tipo de ventaja evolutiva, entre  otras variables, y logran desde una simple torcedura hasta nada de cola o una mini cola en forma de pompón. 

Ciertamente, no entiendo las colas de los gatos del sudeste asiatico, me dan mucha risa!


No entiendo este baño de Krabi



Los baños en otros paises, siempre son diferentes. 
Ciertamente, los nuestros no son muy normales para los extranjeros. 
Particularmente en Asia, las letrinas son comunes y cada vez que entramos a un baño corremos riesgo de shock.
En este caso, en medio de la playa de Krabi, en Tailandia, entre el mar y la arena, nos aventuramos a llegar al baño, y si bien no fue de los peores, hubo dos cosas que nos parecieron merecedoras de un espacio entre cosas que #noentiendo

Agua, si... para no llevar arena en los pies, el baño de la playa, tiene una entrada llena de agua (estancada, sucia e inevitable)
Ausencia de puerta. Paredes bajitas. En ningún momentos perdemos contacto visual con la persona que està haciendo uso del servicio higiénico masculino
Hay mucho para decir sobre baños...
Por ahora, nos quedamos repitiendo que no entendemos este baño de Krabi.
Ampliaremos.


No entiendo los múltiples roles de las motos en Camboya



Nunca le tuve mucha confianza a las motos. 
Siempre me dieron bastante temor. 

Y cuando son tantas... mucho más
Me mantuve alejada de ellas toda mi vida, las mire de lejos, casi con desprecio, hasta que un día, en pleno sudeste asiático, descubrí que eran nobles, fieles y sumamente versátiles. 
Antes del viaje, solía creer que las motos eran un medio de transporte para una o dos personas. De a poco, recorriendo Camboya empecé a admitir ver tres, cuatro o quizás cinco personas a bordo. 


Incluso tampoco parecía raro ver niños o bebes viajando en familia sobre estos artefactitos con solo dos ruedas. 
Cuando dos ruedas se hacían pocas, anexar un carro posibilitaba más pasajeros. 


Como transporte público, las motos piloteadas por señores con chalecos anaranjados resolvían problemas de distancias cortas en poco tiempo, solo había que subir detrás del fulano y sostener su cintura para zigzaguear en el transito hasta el destino elegido. 


De todas formas, y a la hora de hablar de Camboya, el medio de transporte por excelencia es el tuc tuc, un adefesio nacido de la anexión de un carrito techado a la parte de atrás de la moto. 


Desde moverse por las ciudades, hasta viajar por los templos con conductores bilingües es posible en tuc tuc, y es una experiencia inevitable para cualquier viajero que llegue a tierras camboyanas. 

Tuc tucs en Angkor Wat
Desde arriba del tuc tuc, y adelante, monjes viajando en moto taxi
Pero, no solo la gente merece ser trasladada; las cosas más variadas y hasta insólitas viajan en moto por Camboya. No siempre he tenido la cámara de fotos a mano o la velocidad para captar la escena, pero aquí va una selección de los múltiples roles de las motos en Camboya.

Frutas
Televisor
Materiales de construcción
Escombros
Muebles
Muebles con gente sentada arriba
¡¡¡Cerdos vivos!!!
Dos pares de cerdos
Increíble la imagen de los bichos en moto, moviendo las patitas

Tiendas sobre ruedas, en este caso de jugos naturales
Tienda de crepes en moto
No entiendo todo lo que los camboyanos pueden hacer con una moto. Sin dudas, hay un universo muy amplio que en este lado del mundo, no hemos explorado.


No entiendo los helados del sudeste asiático



No entendí muchos helados durante las vacaciones en el sudeste asiático, y como soy una abnegada investigadora, tuve que catarlos para compartirles mi experiencia.

Desde las presentaciones, las combinaciones y las locaciones, los helados eran, sin dudas, especiales... Me disculpo por lo doméstico de las fotografías y procedo a enumerar las invitaciones a refrescar el calor de aquellas latitudes.


Esta vez, las imágenes hablan mejor que las palabras.

Bangkok - Tailandia
Helado de coco, en un coco.

Entre templo y templo, para resistir el calor.

Siem Reap-Camboya
Nieve helada, o sea… agua con crema saborizada y topping

El sabor no era tan místico como la preparación

Bali-Indonesia
El helado era como todos, pero la heladería le sumaba mil puntos 

Tomar helado sentada en un hipopótamo, es genial





Bali-Indonesia
La base del helado, era otra vez la nieve saborizada, a eso le agregaban porotos y algo de helado de máquina, frutas y crema, raro 


La heladería con budas, elefantes y colores 

Materiales para el armado de los helados


Kuala Lumpur-Malasia
Pot Ice Cream, conquistó mi corazón. Helado en una maceta con tierra de oreo molida, flor de malvaviscos y hojitas de menta. Belleza. 




Siem Reap-Camboya
Fried Ice Cream Rolls, crema, frutas o galletas y el helado se hace en el momento con la agilidad de un par de espátulas y según dicen, fritos.

El momento de la preparación

Así queda

Siem Reap-Camboya
Magic stick ice cream, una J rellena con helado de máquina, el sabor de siempre, pero practico para compartir.



No entiendo los helados del sudeste asiático... pero incursioné en todas sus variantes!