No entiendo – Diario de encierro #10



Pequeños actos de resistencia

No es de ahora, es de siempre, desde hace años estoy a favor del mínimo consumo, amante de reutilizar hasta las últimas consecuencias, militante de no gastar en cosas que al planeta le cuesta generar, de no beneficiar a quienes abusan de las efemérides, de no entrar en obligaciones de compra impuestas por factores varios.


En este contexto vino Pascua y armamos muchas actividades con cosas que había en casa. Desde juegos y rompecabezas con cartón y bolsas de regalo reutilizado, hasta intentos de huevos con restos de la alacena. Así nació  una inolvidable Pascua puertas adentro, con el infaltable olor a chocolate, pero con el protagonismo de los juegos.


Mucho después de planificarlo, supe que los comerciantes estaban alcanzando precios intergalácticos para sus productos obligados y todas las familias sucumbieron ante la posibilidad de no privar a sus chicos de un gustito en el encierro.


Acá jugamos con le tangram huevo, abrimos conejitos de papel barrilete rellenos de pasas (apto bebé, para que Meri juegue y coma), buscamos un tesoro por toda la casa siguiendo pistas con imágenes de muebles y electrodomésticos que nos llevaron a una caja (reutilizada) con huevos 2D hechos con sachet de chocolate cobertura y toppings, hicimos huevos de jabón para cuando veamos a los amigos, jugamos un memo de huevos, nos sacamos fotos “saliendo de adentro de huevos” 


y el juego que más gustó (obviamente) fue el más barato (y eso que los ya nombrados fueron casi gratis): 


jugamos a romper cascaras de huevo con su martillo de madera, y después las tiró al suelo y las pisamos y jugamos a barrerlas y terminamos haciendo lluvia  de cascara de huevo molida y si, no parábamos de reír a los gritos.


De repente música y festejamos cantando que "todos los días del mundo existe una forma de resucitar", si... de Tan Biónica :) 


Sin dudas, nuestro festejo de Pascua nos hizo sentir que los pequeños actos de resistencia nos llenan el corazón de las formas más puras.  


Una jornada inmensamente feliz.


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