No entiendo – Diario de encierro #5 - Un día, Magui se mudó al futuro



Ya hace más de un  mes que estamos en casa.

Esmeralda, antes de salir de la panza, pasó dos meses (de los nueve) viajando. 
Desde que salió, pasó un mes (de sus nueve) jugando en casa.



No nos falta nada. No nos podemos quejar. Creemos estar haciendo todo bien para que las chicas aprovechen el mucho tiempo en familia y podamos compartir las actividades que hacen a la rutina y sumar experiencias nuevas que se nos van ocurriendo... para condimentar.



Sin embargo, en los últimos días nos dimos cuenta que algo había cambiado, los relatos de Magui fueron mostrando un cambio tan sutil y contundente como ella.
Hace poquito, Magui se mudó al futuro... no sabemos si fue planificado o si accidentalmente sucedió, tampoco sabemos si ir a buscarla o dejarla ahí, no sabemos si ella sabe que está allá, ni podemos ver la fecha de ese futuro. Si sabemos los lugares donde transcurre geográficamente y con quienes está ahí.



Magui, queres que llamemos a los abuelos?
Si, un día, cuando se pase lo de los mocos, quiero ir a su casa

Magui, te acordas de ese museo?
Un día, cuando no estén más los mocos, quiero ir a este museo otra vez

Magui, te mandó un video Miranda
Un día, cuando se pueda salir, quiero que vayamos con Miranda al parque

Magui, te leo ese cuento?
Un día, hoy no podemos, pero cuando se pueda salir, quiero ir a un lugar y elegir otro cuento

Magui, que estas mirando en ese mapa?
Otro día, cuando se pasen los mocos, quiero viajar otra vez en un avión mucho tiempo

Magui, queres escuchar música?
Un día, quiero ir otra vez a donde estaban los que cantan "Te cuento del camino lo que vi" y "Firmamento"

Magui que hace ahí ese cuaderno?
Lo dejo acá para cuando lo lleve a María Auxiliadora, ahora no, porque está cerrado, pero cuando se pueda.



Sobran los ejemplos de todo lo que pasa en su rincón del futuro, cada tanto traza un puente y viene, cada otro tanto, sube al puente y se va...

Y así... desde hace unos días, no está ni triste, ni preocupada, no deja de hacer ni disfrutar lo de siempre, pero para cada hito del presente, tiene un evento en el futuro. Y si, le gusta lo que hace, y le gusta hacerlo con nosotros, pero la familia, los amigos y los paseos, son nuestro ritual cotidiano. Ella se adapta, su paciencia es infinita, pero su corazón necesita salir.



Entonces salimos... y desde el relato, las fotos y los cuentos, nos vamos a los lugares que nos gustan, con la gente que nos quiere...

... y nos vamos a la casita del mar con nuestros recuerdos, a la Biblioteca Argentina rastreando sus cuentos, a los museos de Rosario paseando entre sus folletos, volvemos a las calesitas y nos tiramos del tobogán con los amigos que tanto queremos, viajamos un ratito al pasado, para pasar fugazmente por el presente y seguir viviendo en ese futuro, que no sabemos donde queda, pero nos abraza fuerte.


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