No entiendo el Kiwi




Días de abecedario es un juego propuesto por alguna de las personas a las que leo (sigo tratando de recordar cual) y hace varios años trato de juntar las ganas de hacerlo. La idea es escribir utilizando cada una de las letras del abecedario. Lo que sea, lo que surja, lo que se pueda… según lo que esa letra nos invite.  Aquí vamos con la “K”



Que algo sea endemico, significa que tiene una distribución en espacio geográfico reducido y que no existe naturalmente en ninguna otra parte del mundo. 
Es justo lo que pasa con el kiwi... y no me estoy refiriendo a la fruta (que es originaria de china y fue introducida en varios países), hablo del animalito que por endémico se convirtió en emblema de Nueva Zelanda.


Este pajaro gordito tiene alas de pocos centimetros y pegadas al cuerpo, demasiado inutiles como para ayudarle a volar. Su cuerpo está recubierto de plumones que no llegan a ser plumas y no tiene cola.


Su único punto fuerte es el largo pico con fosas nasales y rodeado de bigotes que le permite jactarse de un gran olfato. Con este pico aspira bichos, come frutas y es capaz de cazar pequeños animalitos, ayudado por las almohadillas de sus patas, que lo vuelven un cazador muy silencioso.


Su nombre proviene del idioma Maorí, tan caracteristico de las islas que habita, y se cree que se debe al sonido fuerte que emite y suena parecido.
Actualmente se encuentra en extinción por la fragmentación de su habitat y la deforestación.


No se entiende que en uno de los sectores planetarios con animales e insectos de mayor peligrosidad, hayan mandado a vivir a este pobre bicho sin ningun talento que bien podría ser un chistecito de la creación. Ese mega pájaro sin alas y con mucha necesidad de correr por su vida. Ese bichito nocturno, torpe y asustadizo que recorre Oceanía escapando de su pocas habilidades... no entiendo al kiwi.


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