No entiendo el arte gastronómico




Hacía rato que quería decir esto, y la verdad, no quiero sonar ingrata, pero no entiendo el arte gastronómico.


Hacer las compras, pesar los ingredientes, combinarlos, exponerlos al frio o calor  que requieran, esperar, repetir los pasos necesarios y presentar el preparado terminado de manera armónica… proceso de varias horas en la cocina para hacer lugar a la mística alquimia que precede al ritual de compartir la mesa… y todo eso en un ZAZ!... desaparece en las fauces de los comensales.


No entiendo si se justifica ese esfuerzo, ese tiempo, ese sacrificio para el efímero momento de satisfacción de la necesidad vital que es comer. Si comprendo el mimo al paladar, pero me da culpa imaginar lo que hay detrás de cada plato, los estudios y tradiciones que denota cada receta, los muchos procedimientos implicados, , los tantísimos esfuerzos de manipulación de elementos corto punzantes, el dominio de electrodomésticos, la capacidad de maridaje de ingredientes y el largo tiempo de pie o forcejeando con la comida para algo tan breve en su duración temporal (que puede tener la suerte de sobrevivir en una foto, las veces que se hace estéticamente coincidente con los cánones documentables)


Incluso, el resultado puede no ser grato a los comensales o existen riesgos de intoxicación, alergias o la generación de algún malestar por exceso de ingesta….  No puedo imaginar tanto trabajo y obtener como resultado un agasajado enfermo… me abruma la culpa… o generar expectativa frente al producto de mi esmero y no satisfacer con el sabor, o el condimento, o la temperatura o la cantidad… son muchas variables. Se me hace difícil la ecuación… no resisto la sola idea de pensarlo.
No entiendo el arte gastronómico, y hasta no resolverlo, me aparto de la cocina. He dicho.


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